Los cambios que origina el desarrollo tecnológico se caracterizan por su universalidad, su velocidad, su estrecha relación con la ciencia, el impacto que producen sobre los ecosistemas, el aumento de la capacidad productiva y la conciencia de que presentan aspectos positivos y negativos.
Los efectos del desarrollo tecnológico son universales, porque abarcan todos los aspectos de la vida y llegan hasta los rincones más distantes del planeta. Sin embargo, no todos los países gozan del mismo modo ni en igual medida de los beneficios que derivan del avance de la tecnología. Incluso, hay lugares en los que esos beneficios están ausentes.
Por otra parte, es evidente que dentro de un mismo país hay sectores sociales marginales que no tienen posibilidades de acceder a buena parte de los adelantos que brinda la tecnología.
La velocidad a la cual se producen los cambios tecnológicos es cada vez mayor. Si bien en el siglo XIX se produjeron importantes avances tecnológicos, como la difusión del ferrocarril o la aplicación de la electricidad a la actividad industrial, ha sido en el siglo XX cuando ocurrieron los mayores adelantos. En las últimas décadas se produjeron más cambios que en toda la historia de la humanidad.
La tecnología contemporánea requiere contar con conocimientos científicos profundos y amplios para la invención y el desarrollo de los productos tecnológicos, por lo cual es necesaria una permanente actualización científica.
El incremento de la actividad industrial, el crecimiento habitacional descontrolado, el uso de plaguicidas y fertilizantes, el sobrepastoreo, la tala indiscriminada, etcétera, provocan consecuencias indeseables sobre los ecosistemas locales y globales. La situación es grave porque pone en peligro la propia supervivencia de la humanidad y exige una pronta solución. Por eso es indispensable que todos los habitantes del planeta Tierra tomemos clara conciencia del problema ambiental que nos afecta.
La incorporación de la computadora y de los sistemas automáticos electrónicos en los procesos industriales se ha traducido en un marcado incremento de la capacidad productiva.
El desarrollo tecnológico, muchas veces, puede producir un beneficio pero, simultáneamente, un daño social o ecológico. Así, por ejemplo, el uso de insecticidas es beneficioso para los cultivos, pero puede contaminar el suelo y el agua. Resulta indispensable la toma de conciencia de que la tecnología presenta aspectos positivos y negativos para el futuro de la humanidad.
Los efectos del desarrollo tecnológico son universales, porque abarcan todos los aspectos de la vida y llegan hasta los rincones más distantes del planeta. Sin embargo, no todos los países gozan del mismo modo ni en igual medida de los beneficios que derivan del avance de la tecnología. Incluso, hay lugares en los que esos beneficios están ausentes.
Por otra parte, es evidente que dentro de un mismo país hay sectores sociales marginales que no tienen posibilidades de acceder a buena parte de los adelantos que brinda la tecnología.
La velocidad a la cual se producen los cambios tecnológicos es cada vez mayor. Si bien en el siglo XIX se produjeron importantes avances tecnológicos, como la difusión del ferrocarril o la aplicación de la electricidad a la actividad industrial, ha sido en el siglo XX cuando ocurrieron los mayores adelantos. En las últimas décadas se produjeron más cambios que en toda la historia de la humanidad.
La tecnología contemporánea requiere contar con conocimientos científicos profundos y amplios para la invención y el desarrollo de los productos tecnológicos, por lo cual es necesaria una permanente actualización científica.
El incremento de la actividad industrial, el crecimiento habitacional descontrolado, el uso de plaguicidas y fertilizantes, el sobrepastoreo, la tala indiscriminada, etcétera, provocan consecuencias indeseables sobre los ecosistemas locales y globales. La situación es grave porque pone en peligro la propia supervivencia de la humanidad y exige una pronta solución. Por eso es indispensable que todos los habitantes del planeta Tierra tomemos clara conciencia del problema ambiental que nos afecta.
La incorporación de la computadora y de los sistemas automáticos electrónicos en los procesos industriales se ha traducido en un marcado incremento de la capacidad productiva.
El desarrollo tecnológico, muchas veces, puede producir un beneficio pero, simultáneamente, un daño social o ecológico. Así, por ejemplo, el uso de insecticidas es beneficioso para los cultivos, pero puede contaminar el suelo y el agua. Resulta indispensable la toma de conciencia de que la tecnología presenta aspectos positivos y negativos para el futuro de la humanidad.